viernes, 12 de diciembre de 2014

La oportunidad

Siempre creíste en ello, sin embargo, nunca veías el final del camino. Ahora que lo tienes enfrente, la inseguridad te frena...¿qué pensarán? ¿cómo empiezo? ¿hacia dónde me dirijo en primer lugar? y aunque sabes que debes ser así...dudas.
El momento lo creas tú mismo, la oportunidad te escoge. Mas la incertidumbre acecha siempre, todo lo que nos inculcaron desde pequeños; tantos...no sirves, ni se te ocurra, jamás lo conseguirás, eso es demasiado difícil para ti, estás loca, tu imaginación es desbordante...
Ya has dado un gran paso, has firmado la sentencia de tu éxito, la has anclado contigo. Ya te pertenece.
Aparta de tu mente todo lo que actúe de manera negativa. Es preciso que creas en tu potencial, nadie mejor que tú sabe cómo y dónde explotarlo.
Ahora, después de un largo trayecto, has llegado a la parada elegida del tren de tu vida. Sientes en tu interior que está bien, que es el lugar idóneo el que elegiste...entonces ¿por qué dudas? si la paz se apodera de todo tu ser.
Olvídate de todos los que jamás te apoyaron y recuerda a los que siempre creyeron en ti. ¿Te has fijado?, quizás la balanza se inclina hacia los segundos. ¿Ah...ni siquiera lo habías pensado?.
Lucha por tu objetivo y, aunque necesitas el momento preciso, la oportunidad existe perenne en tu interior.

Cree en tus posibilidades y lucha por tus sueños. Que nadie te despierte cuando estás soñando.

Laura Fernández.



miércoles, 26 de noviembre de 2014

Adoro

Adoro el nacimiento de un niño
la sonrisa cómplice de mis hijos
el aleteo manifiesto del amor que me arropa
la familia, los amigos, la paciencia de mis enemigos.

Adoro la fragilidad de la vejez
la sabiduría que guarda
las manos sabias y encurtidas
con las que los ancianos dibujan la vida.

Adoro la música que me despierta día a día
la que me nutre y llena de vida
las notas alegres o tristes
que cantan y rellenan mi caminar.

Adoro la verdad
la pura y dura verdad
la que ensalza, la que ayuda
la que abre los ojos, la que guía.

Adoro las olas que me vieron nacer
la tierra húmeda y cálida
que a tantas gentes atrae
el mar calmo, la arena fina.

Adoro juntar las letras
hasta convertirlas en palabras
en frases con comas y tildes
en versos o en párrafos.

Adoro la magia, la que te envuelve
esa que te atrapa, esa que guía mi pasos
La misma que me permite crecer
la que me da luz...magia es nacer.



Laura Fernández.






sábado, 8 de noviembre de 2014

La ciénaga

Su rostro se quebraba con el alba
cada amanecer su cuerpo roto
pedía a gritos llegar a amarla
y en el pozo embarrado
con el alma dispuesta
una falsa esperanza le relataba
Fresca, sucia o ensangrentada.

Su mirada lánguida
su risa loca, que hasta su cuerpo difamaba
su voz envolvía el sonido profundo
de la caracola que ayudaba a amarla
los anocheceres eran sus amantes
el alba, el verdugo que le apresaba.

La piel envuelta en la ciénaga de una palabra
en la penumbra de una hoja muerta de otoño
a tiras, resquebrajada.
Su lengua sátira, compañera infatigable
del genio que habitaba en ella...
su inteligencia innata.

Aparecía sobria; en realidad emborrachaba
su cuerpo inquieto el paso alzaba.
Saltaba en los charcos
habitaba en la ciénaga del olvido
en el mar bravo, en los lagos en calma
La lengua con filo, el corazón en el alma.

Laura Fernández








miércoles, 22 de octubre de 2014

La rebeldía cegaba su razón

Cada día el humo hiriente del compuesto que inhalaba, consumía su razón. Le llenaba de dudas, de sombras, ni siquiera sabía porqué lo hacía. Un sentimiento de rabia, mezclado con impotencia, soberbia y orgullo le empujaban al abismo.
Ni siquiera tenían fuerza para él las luces llamativas de los seres que iluminaban la parte de su vida. Tampoco veía el rostro alegre de la vida que le esperaba cada atardecer y despertaba junto a él cada mañana.
El sol que le iluminaba no calentaba su piel, él no quería. La rebeldía cegaba su razón y el humo hiriente quemaba sus pulmones, mientras desequilibraba su raciocinio.
Era terco, obstinado, cabezota. Por su corta edad, creía saberlo todo y aleccionaba a los demás con su grandilocuencia...¡Cuánto le quedaba por aprender!
Del mismo modo, era sensible, dulce, romántico, un bello ser. Se casó con la soberbia e iba de baile de la mano del ostentoso orgullo...escondiendo así su timidez, su lado halado, su bello y tierno corazón.
Corazón ensangrentado y herido.
Huir era su cometido, pensaba que en otras tierras sería más feliz, ¡pobre hombre!...la felicidad jamás se persigue, la felicidad te alcanza...
Al fin un día abrió los ojos y pensó que jamás el humo hiriente iba a dañar ni su cerebro ni la fragilidad de sus bronquios. Era un hombre de fuerte temperamento y acabaría con él.
Y así fue...una mañana ya entrado casi el invierno, se deshizo de lo que le dañaba y cambió de esa forma su vida.
Sin darse cuenta su día a día fue transformándose. Había pasado de crisálida a mariposa sin apenas darse cuenta y, ahora lucía bello e inmaculado.
De ese modo, atrajo hacia sí el amor, que fue lo que le curó definitivamente.
Se divorció de la soberbia, jamás salió más a bailar con el orgullo y aprendió definitivamente la paciencia y la humildad convivía día a día junto a él.
Fue una bella dama, una buena mujer quien le iluminó la parte oscura de su camino.

Para todos aquellos que estén perdidos y hayan perdido la esperanza. Con cariño.


Laura Fernández.



viernes, 3 de octubre de 2014

Las preguntas y respuestas de tu vida

Y me pregunto ¿cuánto tarda el tiempo en devolverme a mi lugar? ¿El tiempo?Si el tiempo no existe...
Las metas de tu vida las pones, solamente tú y, sólo tú puedes llegar a ellas. ¿Cuántas metas tienes en este momento? ¿ninguna? ¿por qué?
Pregunta a tu interior el por qué de tus metas, tus anhelos, todo lo que deseas alcanzar y, parece ser, que nunca llega.
Y si el tiempo no existe...¿por qué me desespero, si lo que he tardado tanto tiempo en crear, no llega todavía?..¿estoy en ese momento?
No dejes de meditar contigo mismo, pregúntate también si eres tú, quien no deja que fluya el río de tu vida.
Quizás, sólo quizás, los árboles primarios no te dejen ver la inmensidad del bosque. Y aún así, el bosque existe y también su inmensidad. Entonces...¿a qué temes?...quizás ¿a equivocarte de nuevo?, ¿es por eso que dejaste de luchar por tu objetivo? Errar es de sabios, aunque, más sabio es el que yerra y, con inteligencia es capaz de recomponer de nuevo su vida.
Si no encuentras las respuestas a las preguntas de tu vida, primero ámate, acepta tu yo, perdónate, no te juzgues tan injustamente. Tú eres tu mejor aliado.
Las sombras de tu camino, te ayudan a que el sol no queme parte de tu piel, por lo tanto, también esclarecen tu trayectoria y, aunque son sombras, aprendes de ellas.
¿Dónde está tu lugar? Puede que a veces, desesperes y, no lo sepas. Tú lugar está allí donde te sientes bien, dónde tu interior fluye y camina de la mano con el día a día.
¿Te rodeas de personas positivas que hacen que tu enmarañado cuestionario se vea claro?¿Sabes tú vivir desde el optimismo?
Y sigo preguntando y, todavía algunas respuestas tardan. Si bien, no desespero, tampoco lo hagas tú, ya que, todo llega en el momento oportuno.
Cree y crea tu futuro desde el pensamiento positivo.


Laura Fernández.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Ojos color del cielo

Y aunque parecía que ya no le importaba, si bien, creía bien seguro que ya la había perdonado. En lo más profundo de su ser, quedaba el dolor y la desconfianza, la traición. Ella, también sufría, aunque nadie lo sabía.
Él intentaba con ahínco desvincularse por completo, buscando de un lugar a otro, realmente perdido. Sin embargo, no contaba con los daños colaterales, los inocentes, que sin comprender nada, estaban sufriendo. E intentaron llamar su atención.
Al tener en su mano el documento, el fuego de su interior, subió raudo hacia su rostro. Se trataba de un león, que ardía en fuego. Lo que para él era todavía su criatura, su linda niña, se estaba convirtiendo día a día en una bella mujer. Como todo padre, con el documento en la mano, la furia se apoderó de todo su ser. ¿Qué hacía?...¿Es que él merecía lo que estaba leyendo? ¡No es justo! gritó para sí.
Cuando la casualidad quiso visitarle (él jamás creyó en ella), encontró un mensaje en una botella, preguntándole qué tal estaba. Sorprendido por la magia de la vida, enseguida tomó entre sus manos el auricular y le llamó por teléfono. Al otro lado, el cariño de la persona que le preguntaba, consiguió tranquilizar su ira. Le ayudaría con las noticias que tanto desconcierto le habían causado. Consultó esa misma mañana, aunque, al descubrir el resultado, no supo cómo explicarle, lo que verdaderamente ocurría.
Él se enfadó, pensó que se había olvidado de "un asunto tan importante", más para él.
No se trataba de un olvido, era un no saber qué y cómo hacer. ¿Cómo explicar lo que ves, sin herir a la otra persona?. Mucho más tratándose de una hija...
El mensaje regresó en la botella y le comunicó lo que era preciso hacer para arreglar aquel entuerto. Debía depositar toda su atención hacia la inocente criatura, que demandaba a gritos su atención. La abrazaría cada día, le consultaría cómo funcionaba su día a día. Debía ocuparse de tratarla como ella deseaba.
Aunque para la niña...¡era tan importante cómo tratara a la otra mujer!...Pues siendo sensitiva, podía sentir el hielo roto que unía a la pareja. Entonces ¿qué debía hacer él? si en verdad la amaba desde siempre, si era incapaz de sobrevivir sin su compañía. De pronto supo qué hacer, la perdonaría desde lo más profundo de su alma, de ese modo, su felicidad estaría completa, ya que, él seguía amándola, siempre la amaría...era su mujer. La escogió hace ya muchos años y había compartido la vida con él. Más que nunca se apoyaría en ella, pues le amaba mucho más de lo que él comprendía...Tan solo había falta de comunicación.

Para todas las personas que han sido heridas alguna vez, para que comprendan que el perdonar te hace crecer.

Laura Fernández.

jueves, 14 de agosto de 2014

La roca


    Una vez más el agua despiadada golpeaba mecánicamente día tras día la misma roca, moldeándola a su antojo. Dibujando formas inventadas con sus olas. La insistencia del salado marino bordeaba lo locuaz de su figura.
Tan sólo era una roca, una roca salvaje. Yacía en el mismo lugar desde los siglos de los siglos. ¿Cuántos rayos de sol habría recibido sin quejarse? el yodo y la sal cubrían su cuerpo. Y allí permanecía perenne, obsoleta, sin quejarse. Ola tras ola, oleaje tras oleaje.
Algunos marinos habían pisado su figura y ella, sin decir nada, les dejó subir y bajar sobre sí.
Tan sólo era una roca, una piedra tallada por el agua al borde de una cala escondida y recóndita.
Una noche de tormenta, pensó que se moría, las olas no cesaban en su empeño por destruirla.
Pensó por un momento convertirse en arena, aunque la noche cesó y después de la tormenta, un sol brillante y luminoso secó la sal sobre ella.
A su alrededor grandes moles de arena rocosa la resguardaban, dándole cobijo, de todos modos sería fuerte y, si bien, podrían moldearla y desdibujar su bonita figura. No permitiría que nadie la convirtiera en arena.
Sería roca, roca salvaje para siempre, besando el mar que la acariciaba todas las mañanas y al anochecer.
Disfrutando del sol, de su calor y color. Del aroma del mar.....del dolor.



Sé como la roca fuerte y potente, que nada ni nadie consiga convertirte en arena, pero recuerda: el agua no rompe la roca por su fuerza sino por su constancia. Sé la gota que nunca cesa en su empeño por salir hacia adelante.



Laura Fernández.

jueves, 3 de julio de 2014

Extracto del libro......"Un verano Indio"

Y jamás besé tus labios, nunca pude saber cual era tu aroma. De qué manera movías la cabeza hacia atrás cuando reías, ni qué gestos delataban tu escondido corazón. Sin embargo...los sabía todos de memoria, estaban guardados todos en mi mente, en mi subconsciente, en mi alma, en lo más profundo de mi corazón.
Te amo tanto y de una forma tan inexplicable para mi concepto de amar, que no sabría explicárselo a nadie. No va con mi forma de ser, no forma parte de mi personalidad...pero te amo. Te amaré siempre, te desearé aún sin ni siquiera haberte probado nunca, anhelaré tu aroma, el dulce sabor de tus efluvios. Tu lengua, tus finos labios deseables y sátiros. Tus manos, divinas manos griegas de largos dedos esculpidos del más lindo mármol. Acarician mis senos desnudos, mi sexo, mis piernas, el torso de mis pies.
Y aunque jamás besé tus labios, siempre supe cómo besarías la fresa que dibuja mi rostro, la carnosidad de mi piel, el brillo lumínico de mis ojos. Sé cómo abrazarías el arco que forma mi cintura en la parte de mi espalda, como con sólo un dedo trazarías los dibujos que tan bien sabes hacer. Los que realizas con el lápiz de colores que te regalé, los que copias, los que tu mente inventa.
Puedo saber cómo sabría tu piel, qué olor tendría y qué sentiría al hacerte el amor. Lo sé.
Tu voz, el sonido afrancesado modulando entre mi oído y la parte del cerebro que tocas con cada palabra. Tu risa, abierta, franca, enigmática que jamás olvidaré. Tus lágrimas sin haberlas visto puedo sentirlas al caer, resbalando por tu rostro, enjugandolas tus manos hacia los lados, puedo verte sin ver.
Sueño despierta tu aliento, recuerdo el timbre de tu voz al nombrarme, permaneces fijo en mi memoria, perenne, por siempre.
La más amada por el corazón más frágil, la consentida, la que todo lo puede, la que le permites todo. Licencia abierta. Visionario ágil que supiste ver rápidamente lo bonito de mi corazón y, no pudo deslumbrarte ni el brillo de mis ojos, ni lo lascivo de mi interior. Te amo.
Y gracias a ti, soy la mujer que soy hoy en día. Tú me formaste, guiaste mis pasos, de tu mano crucé las calles más angostas, las más transitadas por los coches más potentes. Los que pasaban sin mirar y yo, asida de tu mano, conseguí arribar al otro lado.
Ahora...las lágrimas recorren tu rostro, el mar salado de tus ojos negros brillantes y grandes, angostos. Bellos.

Laura Fernández



domingo, 15 de junio de 2014

La extrema sensibilidad

Él era tan frágil como la copa de cristal que choca contra el gélido mármol y se agrieta despiadada.
Ella abrupta como un volcán en plena efervescencia y, aún siendo conocedora de ello y sin querer dañarle..lo hacía normalmente.
Nadaban sus pupilas entre las sábanas de su cama cada anochecer. Las de él...
Compañeros del alma, guerreros en la batalla de la vida, lidiando contra la tortura del amor que les ataba.
En su interior sabía con certeza que jamás le pertenecería. Aún así...jamás dejaría de amarla.
La extrema sensibilidad que envolvía su alma desbordada, no le permitía acercarse hacia ella, temiendo su reacción, podía desencantarla.
Extremadamente sensitivo, a pesar de amarla en la distancia...le deseaba lo mejor. Siempre iba a cuidarla, protegiéndola de la tormenta, atraiéndola hacia la calma.
La fémina por su parte, construyó un mullido camastro en el interior de su corazón, compartiendo de ese modo con él sus sentimientos.
Cada uno de ellos amaba en un idioma distinto, si bien ambos...se entendían sin palabras.
Jamás sus bocas rozarían sus pensamientos, nunca sus pieles tocarían el cielo con las manos. No conocerían el aliento cálido de sus palabras.
Ambos lo sabían...no obstante...se adoraban. La admiración que procesaban uno por el otro les unía todavía más en la distancia..
Como se aman las ninfas del bosque de los sueños, como se ama cuando sólo eres alma.
Caminantes entrelazados ayudándose perennemente. Compañeros, amigos, leales descendientes de las más duras batallas.
Nadie podría unirlos...porque nunca se habrían desatado sus almas.


Laura Fernández.



miércoles, 28 de mayo de 2014

Cuando la rebeldía...toma nombre de mujer...

Le gobernaba la rebeldía. Hacía mucho tiempo que vivía bajo su mandato. Sin embargo...mujer frágil, delicada como el cristal que cae y se rompe en mil pedazos. De aspecto juvenil vive su día a día, transcurre por la vida sin edad, sin tiempo...nadie sería capaz de averiguar la fecha en que vio la luz.
Su melena al viento, caramelo y chocolate, dibujando un rostro aniñado. Finos labios (que transmiten palabras sabias). Ojos vivaces, pequeños. El brillo de su mirada te capta...rayos color café...
Su cimbreante caminar te seduce, olvidándote de que su mente te pueda captar. Escueto cuerpo de mujer. Hace mucho que se peleó con los alimentos que apenas saborean las finas líneas de su boca. Una madre dominante, marcó su carácter...un padre ausente la hizo más fuerte. Los dos la convirtieron en quien es. Y si bien es extraño...tuvo un padre y una madre más.......Lo que la convierte en carismática.
Amiga noble y leal. Madre gallina clueca. Amante desbordada...sumisa. El destino me llevó hacia ella..¡qué suerte!.
Se desvive por ayudar a los demás. Trabajadora incansable que siempre va a luchar hasta el final. Abuela joven, rebelde hasta cansar. Salió de su casa en la adolescencia, creyendo que algo mejor iba a encontrar, sintiéndose presa en aquel castillo en alta mar. Aunque para su penar, otros labios embusteros dominarían su inocencia.
Superándose a si misma y con el apoyo de su primer cachorro, huyó. Para caer al cabo del tiempo en el remanso de paz del marinero de su piel. Hombre de corazón noble (como ella)...tallando la madera, piel con piel.
Aprende de todo lo que ve. Observa, presta atención. Afilada lengua que suelta barbaridades sin pensar. Como adversaria en los negocios......andarías mal a su lado....es tenaz. Fiera salvaje que atraviesa la jungla de la vida, con la mirada alta.
Si bien es tan buena alumna que va cambiando parte de su personalidad. Inteligente y versátil. Luchadora incansable, con ideal.
Es maravillosa, corazón noble...bella alma. Haz las paces con lo que debe entrar dentro de ti...déjate ayudar.
.....es una beldad.

domingo, 4 de mayo de 2014

Cerrando Ciclos



Es importante y necesario ir cerrando ciclos, desaparece de dónde no eres bien recibido. Huye del lugar al que no correspondes, dónde no eres bien aceptado, dónde no se habla sinceramente o con claridad,dónde te cierran las puertas...Huye, pero no decaigas, no ceses jamás en tu empeño, pues otras puertas se te abrirán en el camino.
Y da por seguro, que serán mucho mejores que las que te han cerrado, no te arrepientas de haberlo dado todo...como siempre, has vuelto otra vez a darlo todo y te sientes defraudado, no importa.
Tú diste lo que eras, no importa cómo reaccionen los demás, no te sientas mal, estás cerrando un ciclo. Si tú mismo lo sabías nada más empezar, tenía fecha de caducidad....pues ya caducó.
Cualquier otro lugar será perfecto para ti, no te arrepientas de haber intentado guiar esa situación con todo tu amor, no te sientas decepcionado. Vives como eres, das lo que eres.
Siente te orgulloso de ser quien eres. Querían sacar tu fiera, porque necesitaban batallar...pero no lo consiguieron, que nunca lo consigan, no lo permitas. Aquieta a tu fiera, siempre en su jaula. Si quieren pelear que lo hagan con otras personas, no contigo.
Sabes que tu gente va dónde quiera que tú vas, no serías nada sin ellos y, nuevas gentes vendrán también a ti, a aportarte tantas y tantas cosas. Das y recibes al mismo tiempo.
Agradece todo lo que has aprendido en ese periodo de tiempo que te regalaron. No era tu lugar, aunque sí tu momento. ¿Cuántas puertas se te abrirán gracias a ese portazo?...piénsalo.
Escapa de las personas que no te favorecen, dales tu apoyo, pero vuelve a casa sin sus problemas. Solamente son sus problemas, no te pertenecen. Da sin pedir nada a cambio, aunque no dejes que te expriman gratuitamente. ¡Hazte valer!.
Cierra ciclos, no importa volver a empezar una y otra vez...significa que estás vivo!!!!!!....
Para todos los que como yo........jamás nos rendimos!

Laura Fernández.

sábado, 12 de abril de 2014

Despertando


Si no encuentras lo que buscas, no te desanimes. Nadie te dijo que el camino sería fácil, si así fuera, quizás te hubieses aburrido hace ya mucho tiempo.
Busca, indaga..no ceses en tu empeño. Cuando menos te lo esperes, aparecerá todo lo que ansías, eso por lo que tanto has luchado..crea lo que desees encontrar, pues creer es crear.
Cree y crea y lo conseguirás, pues tu mente es tan poderosa como jamás habías imaginado, no la subestimes.
Si te cansas de tanta búsqueda..descansa al lado de la carretera, pero ten cuidado no te dejes atropellar por los pocos coches que todavía transitan en ella, para y descansa un rato. Aunque debes apartarte de ese camino, del que nada vas a conseguir. Pues si no ha de ser para  ti..déjalo marchar, otras oportunidades vendrán o quizás sean otras las metas de tu vida y ni siquiera ahora eres consciente de ello.
Piensa siempre de manera positiva, por muy fuerte que la vida esté apretando ahora mismo tu garganta, no desfallezcas, actuar de forma positiva.. te ayudará a fortalecerte.
Agradece, agradece.....SIEMPRE, por lo bueno y lo malo que hay o ha habido en tu vida. Agradece por lo bueno que te dio tantas satisfacciones y te ha hecho tan feliz. Agradece por lo malo que te enseñó a luchar y hacerte fuerte..de todo se aprende.
Sé condescendiente y no exijas al prójimo lo que ni tú mismo eres capaz de conseguir. Abre tu mente no te cierres a ninguna oportunidad por muy alejada que pueda estar de tu interés.
No juzgues, no critiques, no proyectes sobre los demás tus miedos. Rodéate de personas positivas como tú y, aléjate de quien no comparta tu forma de ver la vida. Aunque lo intentes, jamás la verá cómo tú.
Consigue ser quien tú proyectes.


Laura Fernández.


jueves, 27 de febrero de 2014

Siempre soñó con ser un hada.......

Y empezó a llover en ese instante, en la penumbra dónde guardaba siempre sus pensamientos. Le llovía por dentro su alma plena, tenía miedo de desaparecer entre las luces que despegaba cuando caminaba.
Entró de repente en un bosque de fantasía, dónde nadie siquiera le buscaba, dónde nadie sabría nunca que estaría....dónde quisiera sentirse un hada.
Un hada llena de misterios ocultos, de canciones sordas, de halos de estrellas doradas. ¡Qué bello paraje!
Dejó de llover en su alma, enjugó con rapidez las lágrimas que la ensordecían y le llenaban de pena...quería ser un hada. Se prometió a sí misma, ser feliz, pelear con fuerza, luchar por conseguir los sueños que siempre la despertaban.
Cruzó con júbilo aquel bello lugar, corrió entre los árboles, abrió sus brazos desafiando al viento...
Cantó con voz melódica, invitando a las aves a seguirla, sintiéndose libre, fuerte...cada vez más mágica.
Jamás volvería a llover, en la penumbra de sus pensamientos, ni siquiera una pequeña nube iba a transformar el paisaje que ella había creado, en la profundidad de su alma.
Vistió de diamantes brillantes su sonrisa, iluminó su mirada en un tono verde fluorescente, brillando siempre en la oscuridad de la noche. Sus pequeños labios carnosos y tiernos, cambiaron de pronto de color, en un rosa fuerte, como la fresa del corazón que latía siempre al despertarla. Sus uñas coloreaban sus manos, en un rosa chicle con purpurinas..
Miró sorprendida su atuendo...¡Estaba transformándose en hada!..
No sabía porqué estaba ocurriendo, sus pies danzaban contentos entre ardillas de colores...Lo había soñado siempre, ella quería ser un hada.
Sintió cómo su corazón se abría fuertemente. Transformándose al mismo tiempo, que ella iba deshaciéndose de sus ropas. Convirtiendo en otro, el traje que portaba.....Mirándose entusiasmada en un estanque, no pudo dar crédito, a lo que sus ojos fluorescentes le relataban.
Sus ropajes de colores....Dos preciosas alas adornaban con elegancia su espalda
..¡cuántas veces soñó con ser un hada!...........

Para todas las hadas que todavía están en plena metamorfosis.......

Laura Fernández.


martes, 28 de enero de 2014

Envuelta en mil halos de colores

 

     Quitó su manto hecho de yerba. Entre las luces de sus ojos, una luciérnaga brillante dibujaba tras de ella...Se sintió libre, fuerte, segura, amándose. Le costó mucho llegar hasta dónde estaba ahora. Sabía que no era fácil, pero sí seguro su caminar. En la penumbra de la noche, se secaban en ella las lágrimas que nunca cayeron. Mujer fuerte.
     Se abalanzó con prisa hacia el asfalto que cubría cual alfombra persa la ciudad. Paso firme y rostro sonriente. Una mirada sincera transmitía las ganas que tenía de triunfar. Se comió el tiempo que había pasado entre las sombras y la soledad. Se hizo amiga del reloj tardío y las agujas descompensadas.
     Los pasos armónicos al caminar cimbreaban su figura como si de una caña de bambú se tratara.
     Las gentes le sonreían al pasar, comprendían sus palabras. Se dejaban envolver por el suave tono de una voz melódica. Mujer latente.
     Viró el rumbo hacia lo desconocido, sin miedo alguno...sin ni siquiera titubear. Apariencia juvenil que le acompañaría para el resto de sus días. No parecía de ningún lugar, fuera hacia dónde fuera, se aclimataba a esa ciudad. Extranjera en su propia tierra natal. Las raíces de su vida en cualquier lugar. A pesar de ello, adoraba el lugar que la vio nacer, la magia que envolvía su ciudad, la escogió su padre para hacerla disfrutar. Nadando entre los mares, buceando, flotando perenne en alta mar.
     Al pasear las gentes se dirigían hacia ella en idiomas extranjeros...sonreía, pensando que notaban que no pertenecía a ningún lugar. Y, aún sin raíces, mas con amor a la tierra que le dio la luz primera, peleó por defenderla siempre.
     La magia envolvía su vida, era por ello que nació en aquel emblemático lugar.
     Pintó de rojo carmesí su franca sonrisa y echó a andar. Iba a descubrir un mundo nuevo por el que había luchado tanto...tanto...que a veces hasta pensó en abandonar.
     Agradecida por no haberlo hecho paseaba contenta por la ciudad. Echó el asfalto para fabricar la alfombra que pisaría cada mañana, para patrullar las calles. Dejando su halo estallar.
     Explotar en mil pedazos envueltos en brillantes luces de colores. Se hacía notar repleta de alegría.
     Con la humildad bajo su brazo le explicó a la vida lo que deseaba lograr. Sabía que lo conseguiría...ya que sus ojos brillaban siempre al ir a hablar.


     Dedicado a todos los que, como yo, perseguimos sueños. Para que nunca desfallezcas, ni te dejes abatir por ningún tipo de adversidad.
     Yo quiero, yo puedo...yo llego.


Laura Fernández.