Escribo desde siempre. Gracias a mi padre, que me enseñó a leer y escribir. Él fue un gran aficionado a la lectura por lo que atestaba, desde muy temprana edad mi habitación, con diversas colecciones de cuentos.
Me enseñó a leer y escribir antes de comenzar el colegio. Mi primer gran maestro.
Así, que con apenas dos o tres años escribía y leía bastante bien. De niña, la multitud de cuentos que poblaban la estantería de mi habitación, eran devorados una y otra vez. Más adelante pasé a los TBOS y novela romántica.
¿Cuándo empecé a escribir? Pues con unos siete u ocho años. Mandaba notas para mis hermanos, con cualquier frase o pequeño relato, dándoles las gracias o diciendo cuánto les quería. Después de eso, comencé con la poesía, sobre los doce años aproximadamente.
Hasta hace poco tiempo no logré entender, el por qué un día, después de primaria estudié un FP2 de secretariado. Ahora sé que fue para aprender mecanografía (que tanto me ha ayudado en estos momentos), ortografía, sintaxis y tantas otras cosas que nunca supe para qué había estudiado.
En el colegio destacaba por mis redacciones y pequeños relatos que eran obligatorios en la clase de lengua.
Tiempo después creé un relato para el cincuenta aniversario de mis padres.Hasta hace poco tiempo no logré entender, el por qué un día, después de primaria estudié un FP2 de secretariado. Ahora sé que fue para aprender mecanografía (que tanto me ha ayudado en estos momentos), ortografía, sintaxis y tantas otras cosas que nunca supe para qué había estudiado.
Pero hubo un parón literario en mi vida, mientras mis hijos fueron pequeños. Pues el trabajo dentro y fuera de casa no me permitía leer ni escribir como yo hubiera deseado.
Las poesías seguían creándose, como por arte de magia (todavía las conservo). También me gustaba cartearme con amigas y familiares que, para mi, es una forma muy expresiva y romántica de escribir.
Fue mucho tiempo después, en el año 2012 cuando retomé aquello que empezó mi padre en mi más temprana edad. En ese año, una amiga leyó algunos de mis poemas y me empujó a que retomara esa pasión que había tenido siempre por juntar las letras, con comas y tildes.
Sin saber ni cómo ni porqué se creó una novela en un mes y medio. Mi primera obra.
Ni tan siquiera conocía el tipo de escritura que había creado. Solamente sabía que había escrito un libro, fue una obra muy extensa, pero por algo se comienza.
Cargada en mis espaldas con una inseguridad propia de un principiante, apenas lo comenté con nadie.
Por "casualidad" unos meses antes de crear mi primera obra, me encontré en un viaje con un familiar, que se dedica al mundo editorial y también escribe. Le conté mi proyecto, que todavía no existía, pero sabía que así iba a ser. Ella me ayudó meses después en la corrección, y me dio unas clases rápidas, concisas y sabias en la distancia, a través de email (mi querida escritora y editora Pepa Cantarero).
Tras tres años con mi primera novela terminada, llegó un día que esta persona me invitó a que buscara editorial.
Ahí el miedo se apoderó de mi como nunca antes. Busqué y busqué, indagué por todos lados.
Tras medio año, algunas editoriales se interesaron por lo que había escrito, lo que me aportó la seguridad que precisaba. Y comencé a crear más novelas que seguían una serie con la primera. En el año 2015 escribí tres más y trabajo en la quinta de la serie. Hay unos cuántos proyectos más abiertos, que todavía no tienen la forma que yo deseo.
Conocí a un grupo de escritoras de mi ciudad que me dieron muchos y valiosos consejos. Me animé a seguir escribiendo y así tomaron cuerpo dos cuentos: "La llave del Fuego", "Ordon" (mi primera obra publicada. Editorial Nanoverso 2016) y "Estrebatar" (que se encuentra en su comienzo).También creé un libro de poemas: "Letras encantadas" y "La isla de Yustum" (novela sobre una isla encantada). En estos momentos estoy en la creación de una novela romántica ambientada en los años cincuenta (mis favoritos). Su nombre es "Nora Bold".
Tardé tres años en decidir a mover mi primera novela y, sin embargo, en 2015 escribí tres más siguiendo la serie de Nefertari...yo digo que se escriben solas.
Me gusta mucho crear relatos para sorprender a los demás y escribo en mi página de facebook de terapias para ayudar con el crecimiento personal. Y así alentar a pacientes y amigos en su caminar.
¡Ah! Debo decir que una vez se empieza a escribir es algo bastante adictivo. Necesitas hacerlo a diario, y es un placer como ningún otro, el tiempo que dedicas a tus letras.
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