Me mostraste mi camino, guiándome desde tu precioso corazón, amándome, siendo correspondida con mi corazón. Eres conocedora de todo lo que me está sucediendo y aunque sabes más de lo que dices, callas por sabiduría. Eso hace que cada día aprenda más de ti. Tanto en mi consulta, como en mi día a día, en mi vida cotidiana de andar por casa, uso tanto tus enseñanzas....que me siento discípula tuya.
Aún sin llegarte ni a la suela, de los bellos zapatos que bailas, es un gozo haber aprendido de ti. ¿Cuántas más cosas van a cambiar en mi vida?Un gran torbellino de pasiones, emociones, enseñanzas, aprendizajes diarios, ¿cuántos más me quedarán?. Pues todo va muy deprisa en mi vida, este año corre muy raudo.
Sé que estás orgullosa de mí, y en tu trabajo para conmigo, tu corazón se llena de gozo al sentir la transformación.
Sí lo hiciste tu, gran maestra. No sé cómo agradecértelo, sin saber cierto, que ahora mismo cuando me leas, dos preciosas lágrimas, recorren tu bello rostro, encogen y ensanchan tu sensible corazón, mis humildes palabras de agradecimiento.
Pero no sé cómo hacerlo, nada de lo que aquí pueda exponer, expresa en realidad lo que estoy sintiendo en mi interior. Gracias por alentarme a escribir, cuando yo tenía tantas dudas sobre mi, gracias por confiar en mi, gracias por darme auto confianza, sin ti, mis libros no existirían.
Formas parte de mi pequeña o gran metamorfosis, como quieran llamarla, para mi es inmensa, no sé cómo la vivirán los demás que están a mi alrededor. Pero desde el día que pisé tu casa, llena de ti, mi metamorfosis empezó contigo a bailar, sufrimos mucho las dos, gran maestra.
Corazón tierno, suave rostro de mujer bella,enmarcado por dos grandes ventanas redondas como la luna, preciosas, tan bellas, que dan directamente a tu bonito corazón.....tus ojos.
¿Algún día podré agradecerte todo, gran maestra?Soy optimista y digo que sí, he reflexionado mientras te escribía estas letras y sé que sí, sabré hacerlo. Desde el humilde lugar en que me encuentre, sabré hacerlo y viéndote a ti tan orgullosa, sonreiré contigo.
Cómplices las dos, sabiendo la una de la otra, lo que esa sonrisa no quiere delatar...mi gran metamorfosis.
Laura Fernández
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