martes, 12 de marzo de 2013

Hada de melena negra, ojos marrón verdoso

Sólo con la mirada le agradeció su amistad. Ambas cómplices en el tiempo y el espacio que compartían se entendían con pocas palabras.
Sin apenas decir nada o charlando durante varias horas, comprendían lo que una de la otra sentía o, como vivía cada una de ellas la parte de la vida que le había tocado trabajar.
Las unían muchas cosas, se conocieron por casualidad. Ambas pensaban que la casualidad no existe.
Al encontrarse algo mágico sucedió entre ellas, la admiración fue mutua y una empatía extraña, de no saber cómo sin conocer a una persona, puedes estar hablando con ella de temas, que no compartiste jamás con nadie.
De ahí la magia que unía su amistad. Un hada las presento para ayudar a la madre de una de ellas.
Surgió una amistad profunda, un estar bien sin saber muy bien porqué.
Un sentimiento de conocerse desde siempre, de haber estado con la otra durante otras veces.
Pensaban igual, sentían lo mismo. Les habían ocurrido sucesos similares a lo largo de su caminar.
Se trataba de magia, pura magia.
Tan completamente diferentes y al mismo tiempo tan iguales.
Una de las dos iluminaba su rostro con grandes ventanales de color marrón verdoso, un tono difícil de imitar, con aroma de jazmín.
Sus pestañas dibujaban una mirada, que apenas sin maquillaje sus ojos trémulos e inmensos te invitaban a viajar.
Una melena larga y negra, adornaba su rostro, como la noche bohemia que ella habitaba. Rizada como el bravo oleaje de alta mar en una noche de invierno.
Sus finos labios, delicados y sátiros escondían la más pura y bella sonrisa. Repleta de diamantes brillantes.
Dotada de una risa contagiosa. Era una persona alegre, era imposible no seguirla en su risa si la escuchabas.
En verdad era un hada misteriosa. Ninfa de bellas manos capaces de transformar cualquier objeto en unan auténtica joya de arte.
Su inusitada imaginación la transportaba a diversos lugares y creaba con pinceles un fastuoso dibujo.
La reina de las manualidades.
Hizo de su vida un pasatiempo y de su vida el manantial en el que bebían pequeños pájaros que anidaban cerca de ella. Su magia les atrapaba fácilmente.
Gallina clueca, que hizo de madre de más personas de las que engendró. Labor que en un corto espacio de tiempo debía finalizar.
Surge como el hada majestuosa que pelea con los dolores físicos que enturbian su día a día. Aún así lucha incansable para convertirse en padre y madre a la vez.
Desinteresadamente se ocupa y preocupa de todo el que está a su alrededor.
Un halo de exóticas fragancias la acompaña en su caminar. Deja huella por donde quiera que pueda pasar.
Es mágica, es un hada...transforma sueños en realidad. Amante de los seres vivos, de los que no hablan, en especial.
Dotada de un fuerte carácter. Aún sin haberlo visto de manifiesto, lo puedo imaginar.
Sensible como el viento que golpea su rostro suavemente en los días cálidos de verano.
Fuerte como la montaña escarpada que sube día a día para subsistir.

Es mágica, es un hada...su nombre: Judith.





Con cariño..........Laura Férnández

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