jueves, 7 de mayo de 2020

Yo me bajo en la próxima..¿y usted?

Y el mundo se paró.
Se paró de repente porque estaba ya cansado de aguantarnos. Unos dicen que el parón fue provocado, otros que lo trajeron algunos animales. ¿Qué más da? Lo importante es que el parón fue irrevocable e inmediato.
Hay un antes y un después de esta parada obligada y circunspecta, no lo dudes ni un instante. La vida que hasta ahora conocías, ya no existe, pero no temas por ello pues lo que tiene que venir no puede ser peor a lo que estábamos viviendo día tras otro en esta bola inmensa llamada Tierra.
Unos han aprovechado este tiempo para crear, para unir, para encontrarse, para buscar, para desempolvar proyectos, para aunar razones que les ayuden a seguir hacia adelante con optimismo. Muchos de ellos, se han encontrado a sí mismos y otros se han perdido al darse cuenta de que han desperdiciado su vida pensando tan solo en el vil metal. Estos últimos son los que más se lamentan en estos días.
Pero lo más significativo es que muchos de los terráqueos han desparecido y ni siquiera se han podido despedir de sus seres queridos. Soy una persona optimista por naturaleza, pero es lo más cruel que he visto en toda mi vida. Aún así, ha habido personas que no han respetado lo estipulado por las órdenes sanitarias del país y han hecho con su vida lo que han querido. El respeto que es tan fundamental en la vida y no han hecho uso de él.
Me pregunto si la gente de a pie se ha dado cuenta de lo poco que sirve en un país ante estas circunstancias una monarquía y una cantidad de políticos que sólo acumulan gastos para el pueblo.
Quizá nunca antes nos hubiéramos dado cuenta de para qué servían las fuerzas del estado y ahora empezamos a valorarlas como realmente se merecen.
Pero sobre todo y más importante es que estamos en manos de los sanitarios de este gran país. Que no han sido cuidados como deberían y que son los verdaderos héroes de toda esta historia, tan dura para todos. Ellos deberían tener los sueldos que tienen esos políticos que de nada nos han servido y no hablo de la presidencia, si no de los muchos que están ahí sin hacer nada. No importa del lado que seas, pero sé humano.
Y ahora nos queda a los que todavía estamos aquí pensar bien qué hacemos con esta nuestra Tierra y cómo la cuidamos y cuidamos de los demás. Porque aunque me pese, creo que mucha gente no ha aprendido nada de todo lo vivido. Salí los dos primeros días a caminar y decidí quedarme en casa porque no respetaban los límites entre personas ni tenían en consideración a quienes andaban a su lado. Como si de una verbena se tratara. Y volví a quedarme en casa o a salir en calles no habitadas.
Y entonces me pregunto: ¿qué más debe pasar para que se conciencien de que estamos en otra vida? con otros hábitos y con otras normas de urbanidad. Es algo bastante preocupante.
Vivir desde el corazón es lo único que podemos hacer ahora y deseo que todo el mundo sea consciente de ello y se apoyen unos a otros. Ojalá se den cuenta que los cambios siempre son para mejor y cambien con ellos.


Laura Fernández.

No hay comentarios:

Publicar un comentario