miércoles, 26 de noviembre de 2014

Adoro

Adoro el nacimiento de un niño
la sonrisa cómplice de mis hijos
el aleteo manifiesto del amor que me arropa
la familia, los amigos, la paciencia de mis enemigos.

Adoro la fragilidad de la vejez
la sabiduría que guarda
las manos sabias y encurtidas
con las que los ancianos dibujan la vida.

Adoro la música que me despierta día a día
la que me nutre y llena de vida
las notas alegres o tristes
que cantan y rellenan mi caminar.

Adoro la verdad
la pura y dura verdad
la que ensalza, la que ayuda
la que abre los ojos, la que guía.

Adoro las olas que me vieron nacer
la tierra húmeda y cálida
que a tantas gentes atrae
el mar calmo, la arena fina.

Adoro juntar las letras
hasta convertirlas en palabras
en frases con comas y tildes
en versos o en párrafos.

Adoro la magia, la que te envuelve
esa que te atrapa, esa que guía mi pasos
La misma que me permite crecer
la que me da luz...magia es nacer.



Laura Fernández.






sábado, 8 de noviembre de 2014

La ciénaga

Su rostro se quebraba con el alba
cada amanecer su cuerpo roto
pedía a gritos llegar a amarla
y en el pozo embarrado
con el alma dispuesta
una falsa esperanza le relataba
Fresca, sucia o ensangrentada.

Su mirada lánguida
su risa loca, que hasta su cuerpo difamaba
su voz envolvía el sonido profundo
de la caracola que ayudaba a amarla
los anocheceres eran sus amantes
el alba, el verdugo que le apresaba.

La piel envuelta en la ciénaga de una palabra
en la penumbra de una hoja muerta de otoño
a tiras, resquebrajada.
Su lengua sátira, compañera infatigable
del genio que habitaba en ella...
su inteligencia innata.

Aparecía sobria; en realidad emborrachaba
su cuerpo inquieto el paso alzaba.
Saltaba en los charcos
habitaba en la ciénaga del olvido
en el mar bravo, en los lagos en calma
La lengua con filo, el corazón en el alma.

Laura Fernández