miércoles, 22 de octubre de 2014

La rebeldía cegaba su razón

Cada día el humo hiriente del compuesto que inhalaba, consumía su razón. Le llenaba de dudas, de sombras, ni siquiera sabía porqué lo hacía. Un sentimiento de rabia, mezclado con impotencia, soberbia y orgullo le empujaban al abismo.
Ni siquiera tenían fuerza para él las luces llamativas de los seres que iluminaban la parte de su vida. Tampoco veía el rostro alegre de la vida que le esperaba cada atardecer y despertaba junto a él cada mañana.
El sol que le iluminaba no calentaba su piel, él no quería. La rebeldía cegaba su razón y el humo hiriente quemaba sus pulmones, mientras desequilibraba su raciocinio.
Era terco, obstinado, cabezota. Por su corta edad, creía saberlo todo y aleccionaba a los demás con su grandilocuencia...¡Cuánto le quedaba por aprender!
Del mismo modo, era sensible, dulce, romántico, un bello ser. Se casó con la soberbia e iba de baile de la mano del ostentoso orgullo...escondiendo así su timidez, su lado halado, su bello y tierno corazón.
Corazón ensangrentado y herido.
Huir era su cometido, pensaba que en otras tierras sería más feliz, ¡pobre hombre!...la felicidad jamás se persigue, la felicidad te alcanza...
Al fin un día abrió los ojos y pensó que jamás el humo hiriente iba a dañar ni su cerebro ni la fragilidad de sus bronquios. Era un hombre de fuerte temperamento y acabaría con él.
Y así fue...una mañana ya entrado casi el invierno, se deshizo de lo que le dañaba y cambió de esa forma su vida.
Sin darse cuenta su día a día fue transformándose. Había pasado de crisálida a mariposa sin apenas darse cuenta y, ahora lucía bello e inmaculado.
De ese modo, atrajo hacia sí el amor, que fue lo que le curó definitivamente.
Se divorció de la soberbia, jamás salió más a bailar con el orgullo y aprendió definitivamente la paciencia y la humildad convivía día a día junto a él.
Fue una bella dama, una buena mujer quien le iluminó la parte oscura de su camino.

Para todos aquellos que estén perdidos y hayan perdido la esperanza. Con cariño.


Laura Fernández.



viernes, 3 de octubre de 2014

Las preguntas y respuestas de tu vida

Y me pregunto ¿cuánto tarda el tiempo en devolverme a mi lugar? ¿El tiempo?Si el tiempo no existe...
Las metas de tu vida las pones, solamente tú y, sólo tú puedes llegar a ellas. ¿Cuántas metas tienes en este momento? ¿ninguna? ¿por qué?
Pregunta a tu interior el por qué de tus metas, tus anhelos, todo lo que deseas alcanzar y, parece ser, que nunca llega.
Y si el tiempo no existe...¿por qué me desespero, si lo que he tardado tanto tiempo en crear, no llega todavía?..¿estoy en ese momento?
No dejes de meditar contigo mismo, pregúntate también si eres tú, quien no deja que fluya el río de tu vida.
Quizás, sólo quizás, los árboles primarios no te dejen ver la inmensidad del bosque. Y aún así, el bosque existe y también su inmensidad. Entonces...¿a qué temes?...quizás ¿a equivocarte de nuevo?, ¿es por eso que dejaste de luchar por tu objetivo? Errar es de sabios, aunque, más sabio es el que yerra y, con inteligencia es capaz de recomponer de nuevo su vida.
Si no encuentras las respuestas a las preguntas de tu vida, primero ámate, acepta tu yo, perdónate, no te juzgues tan injustamente. Tú eres tu mejor aliado.
Las sombras de tu camino, te ayudan a que el sol no queme parte de tu piel, por lo tanto, también esclarecen tu trayectoria y, aunque son sombras, aprendes de ellas.
¿Dónde está tu lugar? Puede que a veces, desesperes y, no lo sepas. Tú lugar está allí donde te sientes bien, dónde tu interior fluye y camina de la mano con el día a día.
¿Te rodeas de personas positivas que hacen que tu enmarañado cuestionario se vea claro?¿Sabes tú vivir desde el optimismo?
Y sigo preguntando y, todavía algunas respuestas tardan. Si bien, no desespero, tampoco lo hagas tú, ya que, todo llega en el momento oportuno.
Cree y crea tu futuro desde el pensamiento positivo.


Laura Fernández.